Amb un parell de pebrots farem cap a la Toscana


"Si hemos puesto tanto interés en la cocina es porque en mi familia siempre hemos tenido una especial predilección por cocinar. No importa la ocasión o el momento, las mujeres entre las que crecí podían entregarse en cuerpo y alma a la cocina, desde los delicados timbales y el pollo aplastado hasta cacerolas humeantes de estofado de Brunswick. En verano, mi madre y nuestra cocinera, Willie Bell, hacían maratones para poner tomates en conserva, encurtir pepinillos, remover cubas de una variedad de uva moscatel verde ámbar para hacer gelatina. A principios de diciembre, habían hecho pasteles con baño de coñac, y habían descascarillado montones de pacanas para asar. Nunca faltaban en nuestra cocina galletas de chocolate con avellanas, ni faltaban tampoco biscotes fríos que habían sobrado de la cena. Todavía añoro los biscotes en el desayuno. En una comida, ya estábamos hablando de la siguiente. [...] 
A pesar de esta inexorable herencia, en los últimos años, el trabajo me absorbe cada vez más. En San Francisco, en medio de mi rutina diaria, la cocina a veces se convierte en una carga. Reconozco que en alguna ocasión mi cena se ha limitado a un poco de helado que he comido de pie en la cocina. A veces, los dos llegamos tarde a casa y en la nevera no encontramos más que apio, uvas, manzanas un poco pasadas y leche. No es problema, en San Francisco hay buenos restaurantes. [...] 
La tranquilidad que da una casa de verano, la comodidad de disponer de ingredientes selectos frescos y la naturalidad con la que te relacionas aquí con los invitados me han convencido de que es así como debería ser siempre la cocina. Pienso con frecuencia en las mesas que mi madre preparaba en verano. Planificaba las comidas como si fuera la cosa más sencilla del mundo. Finalmente caigo en la cuenta: tal vez no es que yo no esté tan capacitada como ella, simplemente, en su época era más fácil. Estaba rodeada de gente, como nosotros aquí. Yo sujetaba la máquina de hacer helados, mientras mi hermana hacía girar la manivela. Mi otra hermana desvainaba guisantes. Willie era una mujer muy capaz. Mi madre dirigía el tráfico en la cocina, preparaba la mesa. Utilizo sus recetas con frecuencia, y he heredado en parte su habilidad para tratar con los invitados, pero, por favor, pollo frito no. Aquí dispongo del mejor ingrediente, el tiempo. A los invitados les apetece de verdad deshuesar las cerezas o bajar a la ciudad a por otra ración de parmigiano. Además, la cocina parece tomar menos tiempo porque la calidad de la comida es tan buena que no hacen falta grandes preparaciones. El calabacín tiene un sabor tan auténtico... La remolacha, salteada con un poco de ajo, está deliciosa. La fruta no viene con etiquetas; no se desinfecta ni se abrillanta, y su sabor es realmente diferente. 
Estamos a casi quinientos metros de altitud, y las noches son frescas. Eso nos va bien, porque nos permite preparar algunas comidas más consistentes que no apetecen con el calor. Mientras que el prosciutto con higos, la sopa fresca de tomate, las alcachofas romanas o la pasta con una peladura de limón y espárragos son perfectos para el calor, las noches frescas despiertan el apetito. Hacemos espagueti con ragú (finalmente averigué que el ingrediente secreto de un ragú es el hígado de pollo), minestrone con granos de pesto, osobuco, polenta a la plancha, pimientos al horno rellenos de ricotta y natillas a las finas hierbas, cerezas tibias bañadas en Chianti con bizcocho de avellana. [...] 
En una ocasión, en primavera, hice un cursillo de cocina con Simone Beck en su casa de Provenza, y dijo cosas que nunca olvidaré. Otra estudiante, que se dedicaba al catering y daba clases de cocina, no dejaba de preguntarle a Simca sobre la técnica para hacer cada cosa. Tenía un cuaderno y anotaba rigurosamente cada palabra que Simca decía. Las otras cuatro  estábamos sobre todo interesadas en comer lo que habíamos preparado. Una vez, preguntó tanto que Simca le dijo crispada: «No hay ninguna técnica, sólo una manera de hacerlo. Y ahora, ¿vamos a seguir midiendo o podemos cocinar?» 
Aquí he aprendido que la simplicidad es liberadora. La filosofía de Simca se ajusta totalmente a esta cocina, porque ya no medimos, nos limitamos a cocinar. Como todos los cocineros saben, los ingredientes que ofrece cada estación son la mejor guía. La mayor parte de lo que preparamos es demasiado sencillo para llamarse receta..., es la forma de hacerlo lo que cuenta. [...] 
Pimientos asados con ricotta y albahaca. Los pimientos rellenos eran mis favoritos en la universidad. Este relleno de ricotta es justo lo contrario de la «carne misteriosa» que nos servían en Randolph-Macon. La ricotta fresca, hecha de leche de oveja, es una delicia. Las fuentes especiales para su preparación imprimen en los lados del queso una característica decoración. Nosotros la compramos con frecuencia en las granjas de Pienza, una zona dedicada sobre todo a la cría de ovejas y de donde procede también el pecorino
Pasar rápidamente 3 pimientos amarillos por encima del fuego o por la parrilla. Los pimientos deben chamuscarse de modo uniforme, pero no reblandecerse. Dejar enfriar y a continuación quitar la piel. Partir por la mitad y retirar las pepitas y el tegumento. Rociar con un poco de aceite de oliva. En un cuenco, mezclar 2 tazas de ricotta, 1/2 taza de albahaca picada, 1/2 taza de cebolla en rodajas muy finas, 1/2 taza de perejil italiano machacado, sal y pimienta. Añadir 2 huevos batidos. Rellenar los pimientos y poner al horno a 175 grados durante 30 minutos. Adornar con hojas de albahaca. 6 raciones."

Frances Mayes (2000). Bajo el sol de Toscana (trad. Encarna Quijada). Barcelona: Seix Barral (pàg. 135-137, 146, 156-157).
Aquesta és la recepta de Yotam Ottolenghi que he triat per participar en el repte de desembre de Cooking de Chef. Una vegada més, ha estat tot un descobriment conèixer aquest xef i hauria fet qualsevol de les receptes del llibre Jerusalem, que m'ha portat el Pare Noel, però quan vaig veure la recepta d'aquests pebrots farcits de ricotta no m'hi vaig poder resistir. Entre altres raons, era una recepta que tenia pendent d'ençà que vaig llegir Bajo el sol de Toscana i sabia que només calia esperar que arribés el moment. La recepta que he seguit, però, és la de Yotam Ottolenghi, que es pot trobar meravellosament explicada en anglès en la seva pàgina web.

Malgrat que és un mes complicat per les festes de Nadal, estic segura que hi haurà moltes receptes interessants en la pàgina del repte, perquè el xef de veritat que s'ho val.

Pebrots farcits de ricotta i mascarpone

Ingredients (4 p.)

4 pebrots vermells (en la recepta de Yotam Ottolenghi diu 6 pebrots romans; sembla que són com els pebrots italians però de color vermell; jo per aquí no trobo pebrots d'aquest tipus, així que els he fet amb pebrots vermells normals, dels que faig servir per escalivar, que són més grossos, i per això crec que 4 és la mesura justa per a aquesta quantitat de farciment)
250 g de ricotta
125 g de mascarpone
40 g de pinyons 
10 g de fulles d'orenga fresca
1 culleradeta de ratlladura de llimona
1 culleradeta de suc de llimona
3 cullerades d'oli d'oliva extra verge
1 cullerada de vinagre balsàmic
1 bitxo verd petit cru
Sal i pebre negre

Preescalfem el forn a 200 ºC. Hi posem els pebrots i els deixem que es coguin uns 30 minuts. Els traiem del forn, els tapem amb paper de cuina i els deixem refredar. 

Mentrestant torrem els pinyons i piquem les fulles d'orenga a trossos grossos. En un bol barregem els formatges, l'orenga, la ratlladura i el suc de llimona, els pinyons torrats i una cullerada d'oli d'oliva, ho barregem tot bé i ho reservem.

Pelem els pebrots i amb un ganivet petit els fem un tall vertical, de dalt a baix (de fet, el ganivet no cal perquè es talla fàcilment amb les mans). Per aquesta obertura, en traiem les llavors amb molta cura. Farcim els pebrots amb la barreja de formatges que tenim reservada i els posem als plats mirant de deixar-los tancats, però que es vegi el formatge.

Tallem el bitxo a rodanxetes i les posem damunt dels pebrots. Fem una vinagreta amb 1 cullerada de vinagre balsàmic, 2 cullerades d'oli d'oliva, sal i pebre negre, amanim els pebrots amb aquesta vinagreta i els servim.




Comentaris

  1. Una recepta super bona. Aquest Chef es tot un crack ! !
    Una abraçada
    Rosa

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  2. Fantàstic el relad tret del llibre. Un dels meus incondicionals i que guardo amb molt carinyo. La recepte, bonas las dos 😉. I es que els pebrots fets al forn son tan bons....i farcits ja es massa!!
    Bona elecciò
    Petons

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    1. Moltes gràcies, Manu! M'alegro que t'hagi agradat. Una abraçada!

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  3. En mi próximo viaje a Roma voy a preguntar lo de los pimientos. No lo había oído nunca... interesante. La receta...un lujo, llevando esos dos quesos tiene que estar de vicio.
    Besotes y Feliz Año Nuevo

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    1. Muy buenos, la verdad. Si descubres algo interesante sobre los pimientos, me lo cuentas. ¡Muchos besos!

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  4. Una receta fácil y deliciosa, además, llena de color. Besos!!

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    1. Ja, ja, ja! Ahora me estoy dando cuenta de que más o menos te acabo de decir lo mismo yo de tu receta. ¿Será que nos fijamos en las mismas cosas? ¡Un abrazo!

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  5. ooohhh que fàcil i que bona ha de ser, t'agafo un pebrot per provar-ho...gràciessss!!
    jaja un petó, enhorabona per la elecció!!

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    1. Moltes gràcies, Hirma! Si pogués, te'n donava un, val la pena provar-los. Un petó!

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  6. Me encantan los pimientos rellenos y rellenos con estos quesos tienen que quedar buenísimos.
    Besitos!!

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    1. Muy buenos, sí, la verdad. Muchas gracias. ¡Un beso!

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  7. Uoooh! leer este post ha sido una delicia, y la receta transporta a Italia, país por el que tengo verdadera debilidad! Creo que la probaré... y por si tienes un Lidl cerca te comento que los pimientos verdes que venden, los alargaditos.... al cabo de un par de días de tenerlos en casa... se vuelven rojos!! para mi que son italianos camuflados!!
    Enhorabuena por la inspiración!

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    1. ¿En serio? Sí que tengo un Lidl más o menos cerca, así que lo probaré. A lo mejor la receta original estaba hecha con este tipo de pimientos. Muchas gracias por tu comentario y tus aportaciones. ¡Un beso!

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  8. A mi tambie´n me encantan los pinmientos rellenos...en realidad, toda la verdura rellena es deliciosa...pero estos pimientos hay que probarlos.
    Besos......

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  9. Me gusta tambien los pimientos asi que es otra alternativa que tendré que probar. Enhorabuena por el reto

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