Croquetes de Santa Teresa del fill de l'enterramorts

"María vestía una falda larga negra, zapatos negros y llevaba los cabellos cubiertos también por un velo negro, como si fuera de luto. Pero en su rostro se distinguía una expresión alegre. Abrió los brazos como si quisiera abarcar todo cuanto le rodeaba y Jorge corrió a su encuentro. 
–¡Mama! –gritó mientras corría. 
–¡Jordi! –gimió ella. 
Se fundieron en un abrazo y ella comenzó a besarlo como si nunca más fuese a tener ocasión de hacerlo. Luego los ojos de María se inundaron de lágrimas. 
–Déjame que te vea –y lo observó de arriba abajo. Se sonrió al ver la medallita de La Moreneta colgando de su cuello, pero su mirada se tornó grave al observar su cinturilla–. Estás más delgado. ¿Es que no comes? ¿No te cuidan bien? 
–Claro que como. [...] 
–Estás más seco que un fideo –volvió a repetirle mientras observaba sus profundas ojeras negras. 
Abrió el bolso, sacó un hatillo hecho con una servilleta y se lo entregó. 
–¿Qué es? 
María respondió con una sonrisa y Jorge comenzó a desenvolver el hatillo. Descubrió media docena de torrijas, Croquetes de Santa Teresa, como las llamaban en casa. Inmediatamente cogió una y se la echó entera a la boca, llenándose las comisuras de los labios de azúcar. Cerró los ojos como si masticara un trocito de cielo. 
Umm... 
–Llevan raspaduras de limón y vino dulce. Como a ti te gustan. 
Umm... 
Jorge continuaba masticando con los ojos cerrados. El sol bañaba su rostro con su calor y alzó un poco el mentón para recibir sus rayos. Luego cogió otra torrija y comenzó a masticarla con fruición. 
–Mamá, son las mejores torrijas que he comido en mi vida –dijo. 
–Son las mismas de siempre –se sonrió María. 
Y así, una seguida de otra, se comió hasta tres. Volvió a ligar el hatillo y se lo colocó en el regazo. Luego la besó en la mejilla. 
–Eres la mejor, mamá. 
–Procura no perder la servilleta, Jordi –le pidió María explicándole que pertenecía al ajuar de casamiento de la abuela Antonia. 
Él le dijo que no tenía que preocuparse y le revleó que guardaba las torrijas para compartirlas con Eloy y con Ricardo. Que Eloy no tenía padres y que el padre de Ricardo no venía nunca a verle. 
–Una para Eloy, otra para Ricardo y otra para mí –dijo satisfecho. 
María se bendijo por tener un hijo con un corazón tan grande y tan generoso y pensó en lo bueno que sería para Jorge que hubiera hecho tan buenos amigos allí dentro." 
José Luis Romero Jordán (2013). El hijo del enterrador. Barcelona: Ediciones B (pàg. 88-89).

Croquetes de Santa Teresa

Ingredients

Pa del dia abans
Llet
Ou
Sucre
Canyella
Pell de llimona
Oli d'oliva

Es posa a escalfar la llet amb un canó de canyella i la pela de la llimona. Quan arrenca el bull, es tanca el foc i es deixa refredar. 

Es talla el pa a llesques. Es banyen en la llet aromatitzada amb canyella i llimona, s'arrebossen amb ou batut i es fregeixen en oli molt calent i abundant.

Un cop fregides es posen damunt de paper absorbent i s'empolsinen amb sucre. Es poden menjar fredes o calentes.

És un esmorzar o berenar deliciós, que serveix per "aprofitar" el pa que no s'ha menjat i no llençar-lo. Arreu se'n fan variants i tenen diferents noms, com ara croquetes de Santa Teresa, torradetes o torrades de Santa Teresa, tostes de Santa Teresa, torrijas, etc. Es poden empolsar amb sucre i canyella, s'hi pot posar vi dolç, es poden fer amb llesques de diferents pastes o tortells de pa que hagin quedat secs, etc.


Comentaris

  1. Una menja de Quaresma i la prova, un cop més, que els plats d'aprofitament sovint són deliciosos...

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