Sàlvia mortal per a un 'risotto'
"La señora Bantry aspiró el aire con fuerza, y entrelazando las manos y con rostro angustiado empezó a hablar muy de prisa.
—Bueno, en realidad no hay mucho que contar. La hierba mortal... es lo que me lo ha hecho recordar, aunque interiormente lo llamo Salvia y Dedalera.
—¿Salvia y dedalera? —preguntó el doctor Lloyd.
La señora Bantry asintió.
—Así es como sucedió. Arturo y yo estábamos en casa de sir Ambrose Bercy, en Clodderham, y un día, por error (que siempre consideré muy estúpido), cogieron un montón de hojas de dedalera entre la salvia. Aquella noche rellenaron los platos [sic] con ellas y todos se sintieron mal, y una pobre muchacha, la pupila de sir Ambrose, murió.
Se detuvo.
—Vaya, vaya —dijo la señorita Marple—, qué tragedia.
—¿Verdad?
—Bien —replicó sir Henry—, ¿y qué pasó luego?
—Pues nada más —repuso la señora Bantry—, eso es todo.
Todos quedaron sorprendidos. Aunque ya les había advertido, no esperaban una brevedad semejante.
—Pero, mi querida señora —insistió sir Henry—, tiene que haber algo más. Lo que usted acaba de contarnos es un caso trágico, pero no tiene nada de problema.
—Bueno, claro que hay algo más —dijo la señora Bantry—. Pero si se lo digo, ya sabrán de quién se trata.
Y mirando desafiadoramente a los reunidos les dijo con sencillez:
—Ya les dije que yo no sabía adornar las cosas y convertirlas en una verdadera historia.
—¡Ah, já! —exclamó sir Henry ajustándose los lentes—. ¿Sabe, Scherezade, que es muy ingenioso su modo de desafiar nuestro ingenio? No estoy seguro de que no lo haya hecho a propósito... para estimular nuestra curiosidad. Proponga una ronda de preguntas. Señorita Marple, ¿quiere usted empezar?
—Me gustaría saber algo de la cocinera —dijo la señorita Marple—. Debía ser una mujer muy tonta, o muy inexperimentada.
—Era muy tonta —replicó la señora Bantry—. Después se estuvo lamentando diciendo que le habían llevado las hojas como si fueran de salvia, ¿cómo iba ella a saber que no lo eran?
—Cualquiera lo hubiera visto —dijo la señorita Marple.
—¿Era una mujer mayor y muy buena cocinera?
—Excelente —contestó la señora Bantry.
—Ahora le toca a usted, señorita Helier —dijo sir Henry.
—¡Oh! ¿Se refiere... a que me toca preguntar? —hubo una pausa mientras Jane reflexionaba, y al fin dijo—: La verdad es que no sé qué preguntar. [...]
—Ahora le toca preguntar al doctor —dijo sir Henry—. Yo me doy por vencido.
—Mi curiosidad es principalmente profesional —dijo el doctor Lloyd—. Quisiera saber el dictamen médico que se presentó en la encuesta, es decir, si nuestra anfitriona lo recuerda o lo sabe.
—Lo sé muy por encima —replicó la señora Bantry—. Dijeron que la muerte fue debida a «envenenamiento por digitalina...» ¿Lo digo bien?
El doctor Lloyd asintió.
—El principio activo de la dedalera actúa sobre el corazón. Por cierto que es una droga muy valiosa para ciertas afecciones cardíacas. Es un caso muy curioso. Nunca hubiera creído que el comer una preparación de hojas de dedalera pudiera resultar fatal. Se han exagerado mucho los daños producidos por comer hojas venenosas y bayas. Muy pocas personas comprenden que el principio vital o alcaloide ha de ser extraído con mucho cuidado y preparación.
—La señora McArthur envió el otro día unos bulbos especiales a la señora Toomie —explicó la señorita Marple—. Y la señora Toomie los tomó por cebollas y al comerlos toda la familia se puso enferma.
—Pero no se murió nadie —dijo convencido el doctor Lloyd.
—No, es cierto —admitió la señorita Marple. [...]
—Debemos continuar investigando el crimen —intervino sir Henry.
—¿Crimen? —exclamó Jane sobresaltada—. Yo creí que se trataba de un accidente.
—Si fuera un accidente —repuso sir Henry en tono amable—, no creo que la señora Bantry nos hubiera contado esta historia. No, fue accidente sólo en apariencias... detrás se escondía algo más siniestro. Recuerdo un caso... varios invitados a una fiesta charlaban después de cenar. Las paredes estaban adornadas con toda clase de armas antiguas. Bromeando, uno de los reunidos cogió una vieja pistola y apuntó a otro simulando disparar. La pistola estaba cargada y se disparó matando al otro hombre. Tuvimos que averiguar, primero quién había preparado secretamente la pistola, y segundo quién había dirigido la conversación para obtener el resultado final... ya que el hombre que había disparado el arma era completamente inocente.
»Me parece que en este caso se nos presenta el mismo problema. Esas hojas de dedalera fueron mezcladas deliberadamente con las de salvia sabiendo cuál sería el resultado. Puesto que descartamos a la cocinera... la descartamos, ¿verdad...?, la pregunta es: «Quién cogió las hojas y las llevó a la cocina?»
—Eso es fácil de responder —dijo la señora Bantry—. Por lo menos la última parte de la pregunta. Fue la propia Silvia quien las llevó a la cocina. Era parte de sus ocupaciones diarias recoger la ensalada, hierbas, manojos de zanahorias... todas esas cosas que los jardineros nunca escogen bien. No les gusta coger nada tierno... esperan a que maduren demasiado. Silvia y la señora Carpenter solían ir a buscarlas ellas mismas, y había una mata de dedalera entre las de salvia en una esquina y por ello la equivocación no tiene nada de extraño.
—Pero ¿las cogió la propia Silvia?
—Eso nadie lo sabe. Se dio por supuesto."Agatha Christie (1960). Srta. Marple y trece problemas. Barcelona: Molino (pàg. 166-167, 170-172).
La pupil·la de Sir Ambrose va morir per ingerir didalera en lloc de sàlvia. —És possible que això li hagi pogut causar la mort? —es pregunta el doctor Lloyd, una mica confós. Sí que ho és, sempre que al darrere hi hagi un pla meticulós dissenyat amb aquest objectiu. Afortunadament tenim Miss Marple, que ens ajudarà a escatir-ho. Gran Agatha Christie i el seu repertori de crims i verins.
Risotto de sàlvia amb formatge comté
Ingredients (4 p.)
400 g d'arròs bomba
1 porro
1 ceba tendra
3 alls tendres
1 pastanaga
1 ramet de sàlvia
1 litre de brou de verdures
Formatge comté
Mantega
Oli d'oliva verge extra
Sal, pebre negre
Jo hi he posat aquests ingredients, però la idea és fer un risotto amb quatre verdures que tinguem a la nevera. Hi podria haver api, fonoll, espàrrecs, xampinyons, pebrot verd, pebrot vermell, carbassó, etc. la imaginació al poder. La sàlvia li dona un gust tan especial que fins i tot el podríem fer amb un gra d'all i una ceba. I el formatge, és clar. No ens el descuidem. Jo hi he posat comté perquè en tenia i m'ha agradat molt la cremositat que hi ha donat, però normalment s'hi posa parmesà o un altre formatge més aviat sec.
Rentem i piquem el porro, la ceba i els alls tendres. Pelem la pastanaga i la fem a dauets. Rentem la sàlvia i la piquem ben petitona. La sàlvia té un tacte vellutat i pot ser desagradable a la llengua, però si la piquem ben fina, no es nota. Una altra opció podria ser deixar-hi les fulles senceres i després treure-les, però jo crec que és millor aquesta. Escalfem el brou de verdures i tallem el formatge a daus petits per tenir-ho tot preparat.
En una cocotte o en una cassola, hi aboquem un raig d'oli d'oliva i, quan estigui calent, hi sofregim el porro, la ceba i els alls. Podem abaixar el foc i tapar la cassola perquè suïn. Quan ja estiguin una mica tendres, hi afegim la pastanaga i la sàlvia i ho sofregim tot junt.
Quan les verdures ja estiguin enrossides, hi afegim una mica de mantega, deixem que es fongui i hi afegim l'arròs. Ho remenem bé perquè l'arròs quedi ben nacrat i s'impregni dels gustos, i aleshores hi afegim el brou calent. Aquí ja hi hauria diversitat d'opinions. Hi ha qui hi aboca el brou de cop i hi ha qui el manté calent i el va abocant a mesura que l'arròs el va necessitant. Si es va abocant de mica en mica, cal estar remenant el risotto durant tota la cocció sense parar. No dubto que sigui el millor mètode, però jo prefereixo tenir una estona les mans lliures per anar avançant alguna altra cosa, així que l'aboco de cop, el remeno bé i hi afegeixo sal i pebre.
Quan arrenqui el bull, abaixem el foc i tapem la cocotte. En quinze minuts estarà cuit, però l'hem d'anar remenant sovint perquè no s'enganxi (fixeu-vos que he dit sovint, si ho fes de l'altra manera, l'hauria de remenar constantment). Quan faltin tres minuts per acabar la cocció hi afegim el formatge i ara sí que l'hem de remenar tota l'estona perquè el formatge es fongui i l'arròs quedi ben cremós i no s'enganxi.
Sofregim les verdures i la sàlvia |
Hi afegim l'arròs fins que estigui nacrat |
Al final de la cocció hi afegim el formatge i no deixem de remenar |
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